¡Hola obispo!
Le estoy escribiendo solo para comunicarle lo ocurrido aquí en África Central. La semana pasada hubo un atentado del grupo musulmán Seleka a algunas iglesias cristianas, aquí en un barrio de la capital. Resultaron muertos cinco pastores.
Debido a eso, la milicia cristiana invadió el barrio musulmán y mató a siete musulmanes – seis quemados y uno decapitado.
Este domingo, concurrieron a la reunión principal 712 personas. Cuando terminé la reunión, fui informado de que había dos policías de guardia en la puerta de la iglesia para realizar la seguridad, habían sido enviados por las autoridades locales, pues estaban anunciando en la radio que ese grupo rebelde estaba programando un ataque a las iglesias cristianas. Cuando conversé con los militares, ellos confirmaron esas informaciones.
Obispo, aquí estamos en la fe y 100% tranquilos. El motivo de estar escribiéndole no es por miedo ni nada por el estilo, es para que usted esté en conocimiento de lo sucedido.
Desde el viernes, ellos cortaron el suministro de agua y luz. Estamos usando solamente el generador, hasta que se resuelva el problema. Incluso con todo eso, la iglesia hoy estaba repleta, ¡gracias a Dios!
Veo como una buena señal el hecho de que las autoridades hayan enviado a la policía, porque eso muestra que la Iglesia ha llamado la atención, pues no fuimos nosotros los que lo pedimos.
Obispo, ¡el diablo ya está atado! Pues, si él está levantándose es prueba de que el trabajo está incomodándolo. Quiero que usted sepa que mi esposa y yo estamos felices y en la fe, pues sabemos que esto es señal de victoria y vamos a continuar avanzando. Estamos bien, y el trabajo continúa.
¡Dios lo bendiga! Cuente con nosotros.
Pastor Marcelo Trindade