Después de que las aguas del Nilo se convirtieran en sangre y que las ranas invadieran Egipto, el Faraón siguió oponiéndose a la salida del pueblo hebreo de la esclavitud, por lo que Dios envió más plagas que mostraron Su poder.
La tercera plaga consistió en una invasión de piojos que aterrorizó a todo Egipto. De acuerdo a los historiadores, los egipcios tuvieron que raparse todo el cuerpo, porque la proliferación de los piojos los hizo impuros.
Los sacerdotes egipcios se apartaban de la suciedad porque mantenían contacto con cosas que para ellos eran sagradas, como las estatuas de los dioses y los utensilios utilizados para los rituales.
Por otro lado, las mujeres egipcias se afeitaban la cabeza para evitar el contagio y discriminaban a las hebreas, que mantenían sus cabellos largos, considerándolas sucias.
Cuando esta plaga cesó, el Faraón siguió rehusándose a liberar a los hebreos, por lo que Dios envió una nueva plaga, en este caso, de moscas. Como se mencionó anteriormente, los egipcios eran muy higiénicos y llegaban a bañarse tres veces por día. Por lo tanto, la presencia de moscas era un símbolo de suciedad, algo a lo que ellos no estaban acostumbrados. Las moscas también ayudaban en la transmisión de enfermedades, porque estaban en contacto con la basura y las cosas en mal estado.
¿Qué dice la Biblia?
“Entonces el Señor dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra, para que se vuelva piojos por todo el país de Egipto.
Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, el cual se volvió piojos, así en los hombres como en las bestias; todo el polvo de la tierra se volvió piojos en todo el país de Egipto.
Y los hechiceros hicieron así también, para sacar piojos con sus encantamientos; pero no pudieron. Y hubo piojos tanto en los hombres como en las bestias.
Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como el Señor lo había dicho.
El Señor dijo a Moisés: Levántate de mañana y ponte delante de Faraón, he aquí él sale al río; y dile: El Señor ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí yo enviaré sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y sobre tus casas toda clase de moscas; y las casas de los egipcios se llenarán de toda clase de moscas, y asimismo la tierra donde ellos estén. Y aquel día yo apartaré la tierra de Gosén, en la cual habita mi pueblo, para que ninguna clase de moscas haya en ella, a fin de que sepas que yo soy Dios en medio de la tierra. Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal.
Y el Señor lo hizo así, y vino toda clase de moscas molestísimas sobre la casa de Faraón, sobre las casas de sus siervos, y sobre todo el país de Egipto; y la tierra fue corrompida a causa de ellas.”, (Éxodo 8:16-24).
Fuente: Folha Universal
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