Rosalía Aquino estaba desencantada de la vida, con tan solo doce años de edad ya quería terminar con su vida por la violencia que había en su casa. Ella sufría fobia social y nerviosismo. Con el tiempo intentó ser feliz, pero su matrimonio fue un caos hasta que encontró la solución en la Universal.
“Me casé pensando que iba a ser feliz, al principio éramos felices, pero yo era muy nerviosa y agresiva con mi esposo, estábamos bien y de repente yo reaccionaba mal y le tiraba con lo que tenía cerca, quería verlo sangrar. Un día peleando con él rompí un cuadro con mis puños, agarré un vidrio y lo amenacé. No me daba cuenta de lo que estaba haciendo, recién cuando vi la sangre en mis manos me detuve.
El dinero nos comenzó a faltar, mi esposo llegaba a casa y no había comida ni ropa. Él casi perdió el trabajo porque no se podía concentrar debido a la enfermedad de mi hija. Habíamos comprado un auto, entonces comencé a planear la muerte de la familia, buscaba que mi marido perdiera el control del vehículo”.
Cuando ella se enteró de que estaba embarazada de nuevo, intentó ahorcarse. Una madrugada, en pleno ataque de nervios, salió corriendo de su casa para tirarse abajo del tren. “Yo sufría con insomnio y una madruga al escuchar la programación de la Universal por la radio decidí hacer la oración y tomar el vaso con agua, recuerdo que esa noche pude dormir. Me acerqué y el primer día ya noté un cambio.
Hoy mi vida está transformada, mis hijas están sanas, mi matrimonio fue restaurado, hay comprensión y compañerismo entre nosotros. Tenemos nuestra casa propia y un auto 0 km. En mi casa hay paz, felicidad y armonía, tengo la familia que tanto había soñado”, afirma sonriendo.
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