Por primera vez en Argentina, Misión de los 120, los mayores milagros son los que Dios está haciendo en este momento.
y al entrar en cierta aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia, y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro! ¡Ten misericordia de nosotros! Cuando Él los vio, les dijo: Id y mostraos a los sacerdotes. Y sucedió que mientras iban, quedaron limpios. Entonces uno de ellos, al ver que había sido sanado, se volvió glorificando a Dios en alta voz. Y cayó sobre su rostro a los pies de Jesús, dándole gracias; y este era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No fueron diez los que quedaron limpios? Y los otros nueve, ¿dónde están? ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero? Y le dijo: Levántate y vete; tu fe te ha sanado. Lucas 17:12-19
Tenemos que manifestar y asumir nuestra fe a nuestra manera el milagro nunca va a ocurrir.
Cada uno elige cómo actuar ante el diagnóstico que se recibe, pero cuando obedecemos confiando y sin dudar, Dios obra el milagro.
Estamos presentes en la casa de Dios porque Jesús nos vió y no se olvidó de nosotros.
El primer paso es ir, el segundo es clamar y el último es confiar y obedecer.
Dios no quiere solo restaurar el cuerpo, la familia, la economía o el matrimonio, sino sanar el alma.
Además de fe, Él busca gratitud.
No importa el pecado que hayamos cometido porque si lo confesamos y lo reconocemos, Jesús nos va a perdonar y a dar una vida mejor.