Cuando necesita tomar una decisión, la primera cosa que hace es pedirle la opinión a un amigo. Si usted trata de escuchar las opiniones para decidir sobre algo, tiene que tener cuidado.
No está mal pedir consejos, pero si consulta la palabra de Dios, el éxito está garantizado. Muchos han huido de ese consejo por tres motivos:
-Voluntad Propia: Es necesario creer que Sus planes son mejores que los nuestros. Hay una lucha entre la voluntad propia y la de Dios, por eso es mejor creer que la mejor salida es confiar en que Él sabrá dar los consejos justos.
-Inseguridad: El miedo a equivocarse buscan consejos de personas que consideran exitosas en lo que hacen. Pero los consejos pueden volverse verdaderas trampas para el fracaso. “El inseguro anda en el consejo de los que tienen el espíritu de este mundo”, afirma el Obispo Macedo en su blog.
Cuando se usan los sentimientos para tomar decisiones, todo termina mal. Cuando usa la fe tiene el poder de salga bien, incluso lo que estaba por salir mal.
-Comodismo: La persona acomodada espiritualmente es la que va a la iglesia, conoce la palabra y está acostumbrada a esa rutina. No hace nada para crecer espiritualmente y se vuelve religiosa, que hace las cosas por obligación. Con certeza, después de hacerlo, nunca más necesitará los consejos de nadie a no ser de Dios.