Desde el principio, la Hoguera Santa siempre fue inspirada para conducir a las personas a actuar la fe, a realizar una entrega de cuerpo, alma y espíritu. Al contrario de lo que muchos piensan, el propósito exige Fe, y una vez que la persona oye la Palabra de Dios y absorbe el espíritu, exigirá de sí misma una entrega, que asuma la materialización de su creencia, y es ahí donde ocurre el mayor de todos los milagros que es la Salvación, la liberación, la conversión y el bautismo con el Espíritu Santo.
*La persona que no ha experimentado ninguna de estas prácticas, con certeza, le sucederá lo siguiente:
*La que no está liberada… Será libre.
*La que está liberada… Se convertirá.
*La que es convertida… Nacerá de nuevo.
*La que nació de nuevo… Recibirá el bautismo con el Espíritu Santo.
*La que es bautizada con el Espíritu Santo… ¡Será avivada, renovada!
Y todo esto ocurre cuando la fe se asocia a la indignación. Una sin la otra no producen la transformación, porque, separadas, son insuficientes. Independientemente de la Hoguera Santa, si la persona sacrifica y se entrega por completo, siempre tendrá una experiencia con el Poder de Dios, porque:
- El sacrifico materializa su entrega, su dependencia, su confianza.
- El diezmo materializa su fidelidad, la honra, el empeño de su palabra.
- La ofrenda voluntaria materializa nuestro amor, la gratitud, la consideración.
Esta es la trinidad de la fe bíblica, inteligente y verdadera. La fe siempre debe ir acompañada por obras, porque, cuando no existe esa FE viva, la fe está muerta, por eso, la Hoguera Santa es estrictamente espiritual, ya que se trata de una elección personal e intransmisible de asumir la Fe y la decisión de materializarla, lo que se traducirá en una experiencia con Dios, que marcará a la persona de tal manera que su vida solo podrá describirse en un antes y un después.
Exteriormente se verá la cura, la liberación, la prosperidad, la reconciliación conyugal, la unión familiar. Todo dependerá de la definición de la persona sobre lo que ella más desea conquistar. Sin embargo, nuestra visión, como hombres de Dios, es que usted se convierta en un testimonio vivo de la Resurrección del Señor Jesús a través de su vida, pero comenzando por su carácter, porque asumió la Fe, como el ejemplo de Gedeón.
¿Qué fue lo primero que Dios le pidió a Gedeón que hiciera en la práctica?
“… derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él; y edifica altar al SEÑOR tu Dios en la cumbre de este peñasco en lugar conveniente; y tomando el segundo toro, sacrifícalo en holocausto con la madera de la imagen de Asera que habrás cortado.” (Jueces 6:25-26)
¿Cómo Gedeón podría sacrificar al animal sin derribar el altar de Baal, cortar la imagen de Asera, edificar un nuevo altar y poner la madera sobre el lugar del sacrificio? ¡Imposible!
Dios no solo quiere nuestro bien, aceptable o razonable, Él quiere nuestro Sacrificio, que exige que la persona “se desprenda” de la imagen de Asera, de la costumbres, de las manías, del orgullo o de la vanidad que lo debilita e impide que una su Fe a su Indignación y la exprese, sin reservas, a través de su Sacrificio voluntario.