La mayoría de las mujeres tratan de bajar de peso y hacer dieta para sentirse bien con su cuerpo y con su salud. Algunas de ellas desisten cuando surge una situación de estrés o ansiedad. ¿Usted suele comer cuando está nerviosa o cansada? ¿Los días que está más tranquila se alimenta mejor que en los momentos de preocupación? Si su respuesta fue afirmativa a cualquiera de estas preguntas, preste atención: su alimentación puede estar relacionada a sus sentimientos y pensamientos.
De acuerdo con la nutricionista Anelise Melito, esta relación comienza en la infancia, cuando los alimentos son utilizados para controlar reacciones. “Una de las primeras maneras que aprendemos a recibir consuelo y amor proviene de la lactancia materna. Más tarde, muchos padres ofrecen alimentos calóricos para consolar o traquilizar a sus niños”, dice.
Ese recuerdo perdura durante años y el problema aumenta cuando el hábito de comer de forma compulsiva da como resultado el aumento de peso y la debilidad en la salud. Esto es lo que les sucede a algunas famosas que son conocidas a través de los medios de comunicación por el efecto engorda-adelgaza. Es el caso de la cantante estadounidense Mariah Carey, que engordó 25 kilos después del fin de su matrimonio y fue titulares.
Descargar las pérdidas y los sufrimientos en los alimentos, en lugar de solucionar el conflicto, solo traen una ligera sensación de bienestar y no resuelve el verdadero problema.
“Quien más sufre es la salud. Además de la adicción a la comida, esto puede traer varios perjuicios a la salud, como la obesidad, el colesterol alto y la baja autoestima”, destaca.
Haga la elección correcta
Para Mariene Valpassos, también nutricionista, existen muchos alimentos que proporcionan una gran satisfacción y eso sucede porque los mismos activan neurotransmisores que actúan en el cerebro. Ella explica que es muy común que las mujeres en el período pre menstrual o de gran estrés tengan ganas de comer chocolate.
“Esto ocurre porque, cuanto más azúcar se consume, más el organismo la “pide” para generar la sensación de placer. Existen alternativas saludables, que tienen el poder de aumentar la liberación de la serotonina – hormona neurotransmisora responsable de los sentimientos de placer – como el aguacate, el cacao, la banana y la miel”, aconseja.
Ella hace hincapié que el cambio comienza en la mente porque, mucho más importante que comer determinado alimento, es saber tomar las decisiones correctas diariamente.
Una investigación publicada en el European Journal of Social Psychology concluyó que el tiempo promedio para conquistar un nuevo hábito y hacerlo de manera automática es de 66 días. “Para que una determinada actitud se convierta en un hábito, debe realizarla siempre. Es exactamente de esta manera que funciona el proceso de educación alimentaria. Es muy importante la conciencia de que la alimentación saludable debe suceder de una forma natural, sin que haya interferencias emocionales”, aclara Mariane.
Por eso, para evitar descargar la tristeza, el enojo o la ansiedad en la comida, antes de todo, sepa qué es lo que la lleva a un consumo exagerado. Busque la raíz del problema de una forma efectiva. No sabotee su dieta. Utilícela como una aliada para mantener su mente y su cuerpo saludables.
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