¿En su lugar de trabajo, usted es un solucionador o un problema?
Muchos piensan que su trabajo es llevarle cada problema a su jefe/a para que él/ella le diga cómo tiene que resolverlos.
Comprenda algo: ser un identificador de problemas, en lugar de un creador de soluciones, no fue la razón por la cual usted fue contratado. Probablemente, el problema ya estaba allí y era conocido antes de que usted llegara.
Al detectar un problema, ¿siempre debe transmitírselo a su jefe?
Sí, pero solamente si:
1. Usted está seguro de que su jefe aún no lo sabe.
2. Tiene una solución en mente y está listo para sugerirla.
3. Está preparado para implementar su solución, en caso de que se solicite.
Se vuelve inútil (e irritante) cuando señala problemas sin ofrecer una solución.
Usted se vuelve indispensable cuando está dispuesto a resolver los problemas que encuentra.
Si usted tiene la autoridad suficiente para implementar su solución sin necesitar la aprobación de su jefe/a, entonces, siga adelante. No moleste a su superior.
Si usted no tiene la autoridad suficiente, entonces, comunique el problema con la solución que usted propone, de la forma más objetiva posible. Cuanto menos tiempo y atención demande de su jefe/a cuando lo necesite, más él/ella pensará en usted. Dentro de un año o dos, su jefe/a comenzará a presentarle problemas que usted ni conoce, además de pedirle que los resuelva.
Cuando ese día llegue, prácticamente nadie podrá impedir su acenso y destaque en la empresa.
Eso trae otro punto importante:
La clave para el fracaso es que se mantenga en la convicción de creer que las cosas “deberían ser” de otra manera. La clave para el éxito es saber lidiar con las cosas como realmente son.
Aprenda a lidiar con las cosas como son. Deje de esperar que las cosas sean como deberían ser. A menos, claro, que usted esté dispuesto a dedicar toda su vida en ser un reformador. Es una actitud noble, pero difícil de monetizar.
Si usted adopta esa actitud, no tardará mucho tiempo para que la empresa lo vea como un solucionador de problemas.
El reconocimiento y la riqueza alcanzan a solucionadores de problemas.
¿Usted está dispuesto a convertirse en esa persona?
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Texto adaptado de R. H. Williams.