«Porque Él (Jesús) nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de Su Hijo amado, en Quien tenemos redención: el perdón de los pecados». Colosenses 1:13-14
El ser humano ya nace bajo el dominio de las tinieblas a causa del pecado. La buena noticia es que, cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro único y suficiente Salvador, Él nos redime, perdona nuestros pecados y nos traslada al Reino de Dios. Solo Él puede hacerlo.
«Él es la imagen del Dios invisible, el Primogénito de toda creación». Colosenses 1:15
Jesús ya existía antes que todas las cosas, era el Único Hijo de Dios. Pero, al dar Su vida por nosotros y resucitar de entre los muertos, ahora nosotros también podemos ser hijos de Dios, si nos entregamos a Él. Por eso, Jesús ya no es llamado Unigénito, sino Primogénito, el Primero de muchos. Vino para perdonar, no para condenar; para salvar, no para juzgar.
«Porque en Él fueron creadas todas las cosas (…); todo ha sido creado por medio de Él y para Él». Colosenses 1:16
Dios pide ocupar el primer lugar en nuestras vidas, para que no seamos frustrados. Porque, si Él no lo ocupa, lo hará otra persona o nuestro propio «yo». Incluso, cuando ponemos nuestra voluntad delante de la de Dios, eso trae perdición, por la soberbia, la incredulidad y la malicia. Para seguir al Señor Jesús, todos debemos pagar el mismo precio: negarnos a nosotros mismos.
«Y Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen». Colosenses 1:17
Muchos se preguntan: «¿Por qué no permanece todo lo que hago y siempre hay destrucción, aunque sea honesto, bueno, responsable y crea en Dios?». Debés saber, en primer lugar, que todos atravesamos por problemas. Pero, si lo que conquistás no se establece, hay algo que no está bien. De hecho, aunque pasemos por dificultades, si honramos a Dios poniéndolo en primer lugar, lo que conquistamos, permanece, debido a la fidelidad y la confianza que manifestamos.
«Él es también la Cabeza del Cuerpo que es la Iglesia; y Él es el principio, el Primogénito de entre los muertos, a fin de que Él tenga en todo la primacía». Colosenses 1:18
Dios es digno de ser honrado, de ocupar siempre el primer lugar. Desde que despertamos, al hablar con Él en oración y meditar en Su Palabra, al tomar una decisión, en todo momento debe ser honrado. A Él Le pertenece la primacía. Cuando actuamos de esta forma, logramos disfrutar de toda Su creación: la familia, la salud, la prosperidad, etc. Sus bendiciones nos acompañan porque Lo priorizamos no con palabras, sino con hechos. Cuando pongas a Dios en primer lugar, todo se establecerá en tu vida.
Participá este domingo a las 9:30 h, en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más próxima a vos. Otros horarios: 7 y 18 h.