Un jefe que le trae más trabajo, una reunión de última hora, una propuesta que le incita a salir de su zona de confort. Si esas situaciones le parecen familiares, esté atento, puede estar mucho más cerca de una oportunidad de lo que cree. ¿Cómo? La respuesta es simple. Si da lo mejor de sí, automáticamente ganará notoriedad por sus esfuerzos.
La mayor dificultad que muchos tienen es identificar todas esas señales que surgen sutilmente. Generalmente las oportunidades vienen disfrazadas de problemas. Quien no tiene visión, puede no identificar una oportunidad cuando le pasa por delante y, lo que es peor, puede quejarse por la situación que está viviendo. Piense, si nadie conoce su trabajo, ¿cómo espera que lo llamen para algo mejor? Si nadie conoce su empresa, ¿cómo espera cerrar grandes negocios?
Si las oportunidades surgen disfrazadas de problemas, no se queje. Sepa que las quejas son repelentes de oportunidades. Lo ideal es mirar el lado positivo de la situación.
Para aprender a hacerlo, participe este lunes del Congreso para el Progreso, una reunión que se realiza a las 16 y a las 20 h en Av. Corrientes 4070.
Resultados del Congreso para el Progreso
Diego: “Tenía una vida fracasada, empezaba un proyecto pero al tiempo lo dejaba, no era constante. Eso hacía que viviera de changas. Viví de esa forma durante 7 años aproximadamente. Para colmo, desde mi entorno familiar me decían que no servía para nada, que iba a ser un fracasado toda la vida; empecé a creer que eso era verdad.
Conocí el Congreso para el Progreso, empecé a luchar contra esos pensamientos y gracias a Dios hoy tengo trabajo, me independicé y estoy viviendo en mi departamento, en estos días estoy firmando los papeles para escriturar el terreno donde voy a construir mi casa. Valió la pena participar del Congreso”.
Dante: “Mi vida era humillante, no avanzaba económicamente, no tenía visión. Conseguía trabajos con sueldos muy bajos y lo que ganaba no alcanzaba para llegar a fin de mes. Me la pasaba sacando préstamos para pagar cuentas. Llegué a pedir un crédito para pagar otros créditos, era insostenible. Tenía miedo de dejar ese trabajo y no conseguir otro.
Hoy, tras participar del Congreso para el Progreso y poner en práctica lo que se enseña mi vida es otra. Tengo mi negocio, también trabajo en relación de dependencia con un buen sueldo y hasta me llaman para trabajar de los lugares en los que antes me rechazaban”.
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