En Jeremías 50:6 se puede leer: “Ovejas perdidas ha venido a ser Mi pueblo; sus pastores las han descarriado, haciéndolas vagar por los montes; han andado de monte en collado y han olvidado su lugar de descanso”. Cuando una persona está perdida, está desorientada, es como si estuviera ciega, tiene ojos, pero no logra ver el camino de la Salvación ni la vía de los verdes pastos.
Tal vez usted le haya echado la culpa de su perdición al pastor, al obispo, a sus padres. La culpa siempre es de alguien, pero es el diablo quien usa a las personas para hacer que usted quede desorientado. Sin embargo, Jesús dijo: “Mis ovejas oyen Mi voz, y Yo las conozco y Me siguen” (Juan 10:27). Lo que quiso decir es que no debe mirar a los culpables, aunque sea el diablo, sino mirarlo a Él y seguirlo, porque Él lo guiará.
Hoy es el día para que el brazo fuerte del Señor lo ayude. Para eso, pídale a Él que lo salve y extienda Sus manos sobre usted. Haga eso donde esté. Usted tiene poder y autoridad para hablar con Dios, aunque esté en el fondo del pozo. El Espíritu Santo lo escuchará, Él lo prometió. Su Palabra no puede volver vacía.
Escuche la voz del Señor Jesús. Él orientó a todos los cansados y sobrecargados a acercarse a Él. Pida socorro y clame a Él para que le oriente. Ninguna persona sabe lo que pasa en su corazón, pero Él lo sabe. Invóquelo. Dios quiere ser glorificado por medio de las personas que estaban perdidas y fueron encontradas. Usted sabe que la oveja tiene una sensibilidad agudizada para escuchar la Voz de Dios. Entonces, pídale que hable con usted. Él está listo para escuchar sus súplicas y oraciones, independientemente del camino que siguió y sus pecados.
Dios desea que usted tenga nueva vida, pero no espere que eso suceda mágicamente. Esto sucede a medida que usted se dedica a Él. Dios coloca Sus pensamientos en los suyos y lo purifica. La Fe sobrenatural guía al ser humano hacia Dios, hacia la Salvación.
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