“Te voy a matar, ni que sea la última cosa que haga”. Estas fueron las palabras pronunciadas por Mônica da Silva de Medeiro, hacia su madre, Edna Aparecida Ferreira. Madre e hija se presentaron en el estudio del programa “Entrelinhas”, transmitido el último domingo (18), por Univer Video.
El programa –que tuvo más de dos horas de trasmisión– fue conducido por el obispo Edir Macedo, junto a su esposa, Ester Bezerra, con la participación especial del obispo Renato Cardoso y de la esposa, Cristiane Cardoso.
Lo que hizo para perdonar a su madre
Mônica tiene una vida marcada por el rechazo. Desde niña su padre no le daba cariño, por lo contrario, a los 8 años fue abusada sexualmente por el propio genitor. Esta situación la hizo salir de la casa para vivir en la calle.
A los 11 años quedó embarazada de su primera hija y, luego de un año, de la segunda. Un momento que la hizo tropezar nuevamente con el rechazo, porque como era solo una niña, que cargaba 2 niñas, el Juzgado de Niñez y Adolescencia, en esa época, buscó a la madre de Mônica, con el fin de tomar las medidas correspondientes y otorgarle la custodia de las nietas.
“Pero ella dijo que no podría asumirlas; en esa época yo tampoco tenía las condiciones, por eso, mis hijas fueron llevadas a adopción”, recuerda.
Extremadamente indignada con la madre, Mônica se volvió adicta a las drogas. También se involucró en el crimen y a los 21 años fue detenida.
A pesar de todo, ella garantiza que su detención fue el puntapié inicial para el cambio de su vida.
“Un día, en la celda, estaba cambiando los canales de televisión y me encontré con el programa ‘Habla que te escucho’. En la ocasión, el obispo Clodomir Santos pedía que no apagara la televisión, porque, aunque hubiera sido abusada y rechazada, Dios podría cambiar mi situación. En aquel instante, hice una oración pidiéndole a Dios que me
diera una señal y me ayudara a perdonar al que me hizo tanto mal”, cuenta.
Su oración fue respondida. En menos de tres meses, Mônica dice que logró la libertad. Del penal se fue directamente a la Iglesia a bautizarse en las aguas y a entregar su vida a Dios.
La primera actitud que agrada a Dios es el perdón
Para el obispo Edir Macedo, la actitud de pedir perdón fue el factor decisivo para que Dios escuchara la oración de Mónica.
“La primera actitud que agrada a Dios es el perdón. Dios es misericordioso, benigno y compasivo. Pero, todo eso solo es posible cuando nos humillamos y reconocemos que no somos nada”, enfatizó el obispo.
Él, además, atribuyó el cambio de vida de Mônica a su deseo de perdonar a quien tanto mal le hizo. “El Espíritu Santo es el Espíritu del perdón. Todas las personas que perdonan fueron tocadas por Él. Es imposible perdonar sin haber sido tocado por Él. Y cuando perdonamos, tenemos el privilegio de ser perdonados también. Es como el Señor Jesús dijo: “Dad y se os dará”, concluyó.
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