Una cosa deja bien clara Jesús en este capítulo. Solo existen dos tipos de personas en este mundo
– los que reciben Su mensaje y los que cuestionan (como Nicodemo).
– los que son solo carne y hueso, fruto del acto sexual del padre y de la madre, y los que son espíritu, fruto de la obra de Dios dentro de ellos.
– los que Lo aceptan y los que Lo rechazan.
– los que creen en Él y los que no.
– los que aman la Luz y los que aman las tinieblas.
– los que por Él serán salvos y los que sin Él serán condenados.
Las que hacen esa división son las propias personas, debido a sus elecciones. El mayor poder que existe en el mundo, en su mundo, es el poder de elegir. Ni Dios interfiere con ese poder que usted tiene. El diablo tampoco puede anular ese poder (aunque intenta hacerle creer con todas las fuerzas que usted no tiene otra elección a no ser la que él le da).
La pregunta es:
¿Ya decidió firmemente quién es Jesús para usted?
¿Ya decidió lo que hará respecto a lo que Él dijo – ignorar o seguir?
Este poder de decisión está ahí en sus manos ahora. Por favor no diga que usted no tuvo elección.
PD: Si usted desea escoger a Jesús dígale a Dios estas simples palabras:
Señor mi Dios, yo Te agradezco y acepto el mayor regalo que puedo recibir, Tu Hijo Jesús. Yo creo en Él y acepto Su mensaje. Yo quiero que el Señor trabaje dentro de mí y me haga nacer del Espíritu, quiero ser una persona nacida de Dios. Quiero a partir de hoy andar en Tu Luz aquí en la Tierra, pedirte perdón por todos mis errores, y tener la Salvación de mi alma para vivir Contigo por toda la eternidad. Amén.
Si algo le sucedió al hacer esta oración sincera, deje su comentario abajo.