Tener conocimientos bíblicos no es suficiente para que una persona se considere cristiana. El Señor Jesús dijo:
“¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que Yo digo?” Lucas 6:46
Muchos piensan que debido a sus ritos religiosos serán salvos. De este modo, frecuentan asiduamente la Iglesia, hacen sus oraciones y ayudan al prójimo, entre otras cosas. Sin embargo, hacer estas buenas obras no es suficiente para alcanzar la salvación del alma.
“Todo aquel que viene a Mí, y oye Mis Palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.” Lucas 6:47-48
El verdadero cristiano es el que basa su vida en las palabras de Jesús. Es decir, renuncia a sus propias voluntades humanas para obedecer las enseñanzas del Señor.
Cuando una persona tiene el cuidado de practicar lo que está escrito en la Biblia, su carácter se moldea con el de Dios. Por lo tanto, el Espíritu Santo la guía a hacer lo correcto y, por haber sido prudente, ningún problema será capaz de destruirla.
¡Sea inteligente!
No dependa de la fe de terceros para estar bien, antes bien, desarrolle su propia comunión íntima con Dios a través de la meditación y de la obediencia a Su Palabra. ¡Esta es la fe inteligente que provoca los milagros más extraordinarios!