La mujer es soñadora, espera ansiosa la llegada de su príncipe encantado, que la llevará a un castillo para vivir allí felices para siempre. Perfecto, pero pasando el glamour del casamiento, la fiesta, el vestido, los regalos y la luna de miel, vienen las responsabilidades, y tienes que estar preparada para ese nuevo desafío. Recuerda que te casas para hacer feliz a alguien.
Cosas que debes saber antes de casarte:
• Servir: ahora son solo ustedes. El cambio es radical, no tienes más a mamá, a papá, las comodidades de tener todo arreglado, la ropa planchada, la comida lista, todo hecho con cariño y de la manera que te gusta. Llegó el turno de practicar el buen ejemplo que recibiste de tu madre. Sirve a tu marido en todo lo que él necesite. Ten disposición para servir.
• Ser una mujer activa: es muy común que la mujer siga trabajando después de casarse, pero eso no le da el derecho de no cumplir con sus responsabilidades para con su casa y su marido. Si no logras manejar todo, aconsejo que priorices lo que es más importante. Según mi punto de vista lo más importante es el matrimonio.
• Renunciar a lo que confronta tus conceptos: muchas veces a pesar de tener razón tendrás que renunciar a tus argumentos, no vale la pena crear una discusión. Es mejor perder para ganar. Si entiendes esto, actuarás con sabiduría.
• La influencia de la mujer: una de las armas más poderosas de la mujer es el poder de influenciar. Tu palabra siempre será oída por tu marido, porque él confía ciegamente en ti. Por eso tenemos una gran responsabilidad.
No seas como Eva. El diablo no fue directamente a tentar a Adán, porque sabía que él no le iba a dar oídos. Pero Adán escuchó la voz de su esposa Eva. ¡Qué fuerte!, ¿no?
• Madurez: por último, ¡sé una mujer madura, segura! No seas un problema para tu marido. Haz de tu hogar un lugar acogedor, un puerto seguro en el que él sienta placer de estar. Sé su auxiliadora.
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