El “Ayuno de Daniel”, es promovido por la Iglesia Universal del Reino de Dios basado en el pasaje bíblico de Daniel 9 y 10, que relata la historia del profeta que realizó un propósito para superar la situación que vivía su pueblo.
Durante 21 días, Daniel ayunó para que su pedido fuera contestado y no desistió hasta que recibió la respuesta.
El propósito de la IURD no consiste en estar sin comer o beber, sino en la total abstinencia de información secular, de entretenimiento, la música, la televisión y diversión que nos rodea a todo momento.
A partir del día 14 de agosto, durante 21 días, usted tendrá la oportunidad de desconectarse del mundo y de conectarse con Dios con único objetivo de recibir el Espíritu Santo.
El propósito está abierto a todos los que quieran nacer de Dios y desean un compromiso con Él. Quien participe podrá alimentarse espiritualmente de contenidos de fe, programas evangélicos de la iglesia, películas, miniseries bíblicas y especialmente de la lectura de la Palabra de Dios. Si usted quiere alcanzar la plenitud de tener un verdadero encuentro con Dios, participe de este propósito.
“Poner en práctica la Palabra de Dios me dio una nueva vida”
Beatriz Ruiz logró una nueva vida luego de tener un encuentro con Dios: “Desde chica sufrí dolores de cabeza y tomé tranquilizantes por años. Cuando me casé encontraba trabajos en la puerta de mi casa, todo con la intención de separarme de mi esposo. En ese tiempo, perdí tres embarazos, finalmente tuve tres hijos, pero con embarazos muy complicados.
Después comencé con hemorragias, era cáncer de útero, me tenían que hacer una histerectomía.
Consulté a brujos y parapsicólogos porque mi familia sufría trastornos espirituales, pero eso no ayudó, estábamos cada vez peor.
Vi la programación de la Universal y con mi familia nos acercamos y comenzamos a liberarnos de todo lo que nos afectaba.
Fui sanada, mi matrimonio fue restaurado y fuimos avanzando en todas las áreas. Después, determiné que toda la familia iba a recibir el Espíritu Santo y así sucedió. Recibirlo fue maravilloso. El Ayuno de Daniel me ayudó mucho porque me sirvió para fortalecerme interiormente y a renovarme. Si estamos determinados a estar en comunión con Dios el cambio comienza por dentro, así crecemos espiritualmente en cada edición del Ayuno de Daniel”.
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