Son muchas las personas que se quejan de su vida e incluso culpan a Dios por sus problemas, pero el motivo de sus padecimientos se debe a que Lo han deshonrado.
Lea con atención el siguiente pasaje bíblico:
“El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy Yo padre, ¿dónde está Mi honra? y si soy Señor, ¿dónde está Mi temor? dice el Señor de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis Mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado Tu nombre?” Malaquías 1:6
El que sirve al Señor también será honrado por Él, pero el que Lo deshonra no puede esperar recibir honra. No obstante, no sirve de nada hacer buenas obras si se oculta algún pecado o alguna mala intención, porque Dios ve lo que hay dentro del corazón.
En resumen, el Señor es justo y retribuye a cada uno conforme a lo que Le han ofrecido.
“… porque Yo honraré a los que Me honran, y los que Me desprecian serán tenidos en poco.” 1 Samuel 2:30