Imagínese que su padre es parapléjico y no puede vivir solo, es totalmente dependiente de su ayuda. Usted tiene responsabilidades, pero necesita encontrar tiempo para acompañarlo durante el día, pues sus familiares no pueden cuidarlo. ¿Usted qué haría?
La situación de arriba es vivida por el estudiante Guo Shijun, de 20 años, en China, que, para cumplir con todas las tareas, llevó a su padre a vivir en el dormitorio de la facultad donde él estudia.
Muchos podrían perdonarlo si hubiera abandonado la facultad o si buscara a alguien para cuidar del padre. Pero él no se perdonaría a sí mismo si escogiera esa alternativa, por eso convenció a los directivos de la institución para que le permitieran que su padre viviera junto con él.
Sentado en un banquito, dentro del dormitorio, Shijun limpia las verduras para la cena. Acostado en una cama a su lado, el padre observa. Él quedó parapléjico después de caerse de una altura de 15 pisos del puente en donde trabajaba, en la ciudad de Liuan, en el centro de China.
Durante la preparación de la cena, Shijun se da cuenta de que el padre está en una posición incómoda y se levanta para acomodarlo en el colchón. Con paciencia, también arregla la almohada.
Shijun tuvo una infancia pobre, pero siempre fue un excelente hijo y alumno. De niño, ayudaba a su madre todos los días, pues su cerebro fue afectado por una meningitis. Actualmente, ella vive con los abuelos maternos. Sin embargo, ellos no pueden cuidar del padre de Shijun.
Cuando empezó la facultad, el joven no tenía condiciones para pagar el arancel, por eso, contó con la ayuda de amigos y parientes para mantenerse en el curso. Pero, por tener excelentes notas, los profesores se quedaron impresionados con su desempeño y consiguió una beca completa.
El estudiante nunca se abatió con los desafíos. Al contrario, cree que todo puede mejorar. “Yo no puedo decir que la vida es fácil, pero la única manera de salir del problema es trabajando duro, entonces no voy a quejarme, porque pienso que cuando me gradúe, las cosas serán mucho mejores”, afirma.
El amor de Dios
El amor de Shijun por su padre puede ser comparado al de Dios por nosotros. Él no nos abandona, nos cuida, cela por nuestra bienestar, nos anima, y nos hace tener la seguridad de que todo cambiará para mejor.
El Señor siempre nos apoyó, aun cuando no tuvimos nada para ofrecerle; y aunque no creyésemos en nosotros mismos. Hubo momentos en que las personas no creyeron en nosotros, no quisieron permanecer a nuestro lado, pero Él, con Su infinita misericordia, estuvo allí presente.
No midió sacrificios para mantenernos vivos. Fue capaz de dar incluso hasta Su Único Hijo para que fuésemos salvos. Aunque nuestra situación parezca ser el fondo del pozo, Él ve en nuestras vidas un futuro brillante. Y nada Lo desanima en esa misión.
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 8.38-39
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