Cuando usted se imagina a un buey, ¿qué le viene a la mente? La figura de un animal fuerte. Él pesa un promedio de 1 tonelada, mide 1,80 de altura y corre hasta 35 km/h, pero puede ser fácilmente controlado por apenas una argolla en la nariz – usada para forzar al animal a obedecer a su dueño.
Incluso con tamaña fuerza, para aplastar a un auto o matar a una persona de un simple cabezazo, él es domado por el hombre desde sus primeros meses de vida.
Pero si ese buey conociese la fuerza que tiene y el impacto que podría causar, ¿se dejaría neutralizar por un objeto tan pequeño, que pesa solo algunos gramos?
Lamentablemente, lo mismo sucede con aquel que deja que la duda entre en su mente. La persona se vuelve como ese buey que, aunque sea muy fuerte y valiente, queda neutralizado por algo tan pequeño.
Un pequeño pensamiento de duda trae esclavitud espiritual, y solo existe una cosa capaz de traer la verdadera libertad: ¡la fe! Así como una pequeña duda puede causar grandes estragos, una pequeña fe puede provocar grandes victorias.
El Señor Jesús dijo:
…si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.
Mateo 17:20
Por eso, ¡líbrese de esas argollas de dudas! Expulse a todos los miedos y pensamientos malignos, levántese y use su fe.
Crea en usted mismo y en Dios, ¡y use la fuerza que hay dentro de usted!
Colaboró: Obispo Marcelo Pires