La desesperación hace que muchas mujeres tiren la mitad del guardarropa sobre la cama, se prueben una buena parte de lo que tienen y, en la corrida, salgan con la primera opción que encuentren en el medio del caos que, dicho sea de paso, tendrán que ordenar cuando vuelvan a casa. Si la descripción le parece familiar, entonces conoce bien la adrenalina que se siente al no tener la menor idea de qué ponerse.
Pero arreglarse no tiene por qué ser un monstruo de siete cabezas. Con un poco de estrategia y paciencia, es posible aprender a administrarse y aprender el arte de vestirse sin frustraciones ni arrepentimientos (que pueden aparecer si usted sale de casa vestida con lo primero que encontró).
La escritora Cristiane Cardoso escribe sobre el tema en su blog: “El problema es que, cuando nos arreglamos, por no ocuparnos mucho, terminamos arreglándonos de cualquier forma. Usted necesita separar tiempo para eso, una no se puede arreglar bien en 5 minutos”, resume.
Su desafío
Nina García, directora creativa de la revista Marie Claire y jurado de Project Runway, dijo en su libro La estrategia del estilo, que la indecisión puede tener un punto final cuando respondemos tres simples preguntas: ¿Qué tengo? ¿Qué necesito? ¿Qué quiero? Además de huir de la ruta del consumismo, saber responder esas preguntas ayuda a la mujer a conocer y entender su propio estilo, además de volverlas más creativas para usar lo que tienen dentro del armario. “Su guardarropa es su desafío: use sus limitaciones como inspiración para verse a usted misma y a su ropa con nuevos ojos”, orienta en la publicación.
Manos a la obra
Pero el solo hecho de leer este artículo no la librará de la indecisión que parece perseguirla. Para eso, es bueno poner en práctica algunos consejos. Ahora sí vale poner la ropa sobre la cama. Sepárela por categorías, como vestidos, polleras, pantalones, camisas, remeras, blazers… Eso le dará una noción de lo que tiene en el armario y le permitirá visualizar las posibles combinaciones.
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