Cuando pensamos en las dos Coreas, fácilmente caemos en estereotipos. Imaginamos una Corea del Norte cruel, que vive bajo una dictadura radical y una Corea del Sur libre y próspera. La gran verdad es que cualquier país, por mejor que sea, tiene sus problemas.
En Corea del Sur no es diferente. Un triste hecho que comprueba esto es la altísima tasa de suicidios, 40 personas se quitan la vida todos los días, principalmente en la capital, Seúl.
En las cartas que les dejan a sus seres queridos, los jóvenes suicidas afirman que no soportan más las exigencias para ser exitosos en un mercado profesional agresivo, mientras que las personas mayores hablan de la presión económica.
En respuesta al alto número de muertes, ha surgido una empresa de tipo inusual llamada “escuelas”, que simulan un velorio. La idea es hacer que los “alumnos” valoren la propia vida.
Una de las experiencias más notables de la falsa muerte,es que la persona se tenga que despedir de sus parientes y amigos. Aquí, es donde muchos reconocen el error y comienzan a darse cuenta de las consecuencias que un suicidio puede traer.
En las “escuelas de la muerte” surcoreanas, la experiencia es muy pesada. Después de toda la simulación del funeral, el “profesor” incentiva a los falsos muertos a valorar la vida y a reflexionar sobre sus actitudes.
Pero, ¿realmente es necesario estar dentro de un ataúd para valorar lo que tenemos?
Es cierto que muchos solo se dan cuenta de las bendiciones de sus vidas después de que ven a otras personas en dificultades, o solo valoran su salud, por ejemplo, después de estar un tiempo muy enfermas.
Agradecer es un buen comienzo para reconocer los beneficios que se poseen. Pero no basta solo ser grato por las grandes conquistas o por los días más especiales, sino también por las realizaciones que ocurren diariamente.
Muchas veces, tener una vida llena de desafíos significa saber enfrentarla con coraje. Por supuesto que siempre vale la pena batallar por una mejoría, una evolución, pero valorar lo que tiene y lo que es hoy, ya es, en sí, dar un paso hacia adelante para una mejor existencia. No viva en “piloto automático”. Tome las riendas de su vida y no espere perder algo para valorar lo más valioso que tiene.
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