La Biblia relata que un día Jesús observó a la numerosa cantidad de personas que Lo seguían por varios lugares y entonces comenzó a enseñarles acerca de las leyes de Dios.
Entre esas enseñanzas también mostró un “modelo” de oración, para que las personas se dieran cuenta de que algunos conceptos son importantes cuando estamos en Su presencia.
Esta oración enseñada por el Señor Jesús no tenía como objetivo la repetición palabra por palabra. Tampoco tenía la intención de que fuera memorizada y repetida mecánicamente por las personas, sino que Jesús estaba enseñando cómo se debía orar. Ese modelo de oración tiene una jerarquía o incluso un orden de importancia entre los temas que hablamos con Dios.
- 1-Reconocer a Dios como Señor:
“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu nombre.” (Mateo 6:9).
Cuando entramos en la presencia de Dios, es importante que reverenciemos Su nombre, ya que solo a través de Él es que podemos alcanzar Su Reino y Su justicia. Él es el Creador de los cielos y de la Tierra y está por encima del mal que nos oprime. Por eso, reconocemos Su gloria.
- 2-De acuerdo a la voluntad de Dios:
“Venga Tu reino. Hágase Tu voluntad, como en el cielo, así también en la Tierra.” (Mateo 6:10).
Siempre debemos hacer la voluntad de Dios, así como el Señor Jesús ejemplificó durante Su misión en este mundo. Por el contrario Lucifer, actuó de manera equivocada cuando quiso ponerse en una posición superior a la de Dios y eso le costó el Reino de los Cielos. Aquel que solamente ora para “negociar” favores de Dios, no vive por el Espíritu sino que lo hace por la propia carne, porque quiere usar a Dios para satisfacer las propias voluntades. No busca la presencia Dios para realmente adorarlo, sino que desea algo a cambio.
- 3-Solo Dios suple nuestras necesidades:
“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.” (Mateo 6:11).
El Señor nos bendice todos los días para que conquistemos victorias en este mundo. Somos dependientes de Dios incluso para las necesidades básicas, tales como “el pan de cada día”, y solo a través de Él podemos suplirlas. Por eso debemos ser verdaderamente gratos a Él por las providencias diarias.
- 4-Es necesario tener una comunión con Dios:
“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” (Mateo 6:12).
La comunión con Dios solo es posible cuando actuamos de acuerdo a Su Palabra. Buscar Su perdón significa lo mismo que querer vivir de acuerdo a Su voluntad y negar la influencia del pecado. Quien siente angustia y rencor contra alguien no logra alcanzar la gracia de Dios durante la oración, porque como Él es justo, perdona a los que perdonan al prójimo. Es necesario saber reconocer las propias fallas delante del Señor y buscar Su justicia.
- 5-Guardar la fe hasta el fin:
“Y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal; porque Tuyo es el Reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.” (Mateo 6:13).
Debemos persistir en mantener la vida en los caminos de Dios. Muchos desisten a la mitad de la caminata. Hasta conocen a Dios y a Su plenitud del pasado, pero hoy viven como lámparas apagadas. No se desviaron de la tentación, no guardaron la fe, sin embargo, el Señor puede protegernos de todo el mal durante esta trayectoria, solo debemos permanecer en comunión con Él hasta el final.
Si usted un día estuvo en la presencia de Dios y hoy está distante, sepa que Él lo aprecia y quiere reencontrarlo. Participe de una reunión en una Universal más cercana a su domicilio. Vea las direcciones en: www.universal.org.ar/direcciones
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