Usted ya debe haber experimentado la sensación de muerte al menos en la piel de algún actor, al ver una película de acción o terror. ¿Conoce aquella adrenalina al ver a alguien siendo perseguido, que hace que usted sienta miedo, incluso inconscientemente? Según la Sociedad Americana de Química, en la vida real la sensación de muerte es semejante, aunque de forma menos intensa.
En un reciente video publicado por el Daily Mail, los científicos explican cómo la química del cerebro cambia antes de que una persona muera por un asesinato con un hacha. Primero la persona tiene una intensa sensación de miedo, que es también una advertencia de que estamos en problemas, impulsándonos a reaccionar; así cuando la lucha o la fuga se desencadena, nuestra adrenalina aumenta juntamente con la frecuencia cardíaca. Los sentidos son estimulados y eso proporciona el acceso a enormes cantidades de energía, con el fin de lidiar con las amenazas a la sobrevivencia. A veces, esa amenaza es tan intensa que la reacción de respuesta es el “congelamiento”. Eso puede ser interpretado como si el cerebro quedara oprimido.
Grito como reacción
Si la persona logra estar lejos del asesino, probablemente comenzará a gritar. Es casi como si los gritos estuvieran intentando compartir el estado de la química del cerebro, explica el video.
Si en ese proceso de fuga el asesino lo encuentra, su cerebro emitirá dolor.
“Entonces ahora usted está muerto en el piso”, simula el video. “Suponiendo que no hubo daño en el cerebro, usted será reportado como clínicamente muerto.”
Sin embargo, el cerebro continúa trabajando. Según los estudios recientes, él parece sufrir un impulso final, que puede ser asociado con la conciencia.
“Eso puede ser la explicación de las experiencias que las personas tienen cuando están cerca de la muerte”, deduce el video. Entonces, viene la muerte biológica.
¿Qué sucede después?
Más que saber cuál es la sensación de estar cerca de morir, lo que jamás puede ser ignorado es cuál es el destino del alma después de la muerte física. Mucho antes del último suspiro y, principalmente, mientras aún hay una vida por delante, es que la decisión que fue hecha en este mundo se reflejará en el destino final.
No habrá un plano intermedio, una sala de espera o un purgatorio, como muchos creen. La decisión que definirá el destino de su alma es hoy, es ahora, en este exacto momento. Muchos quieren ser salvos sin antes elegir al Salvador para sus vidas. ¿Cómo quieren que el alma tenga un destino si el “destinatario” no fue elegido? o si fue ¿fue el peor de todos, según los caminos?
La Palabra de Dios instruye para el camino de la Salvación: “Todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído?” Romanos 10:13,14
Si usted tiene dudas sobre este tema y necesita un consejo, participe de la Noche de la Salvación, una reunión especial que se realiza todos los miércoles en la Universal. Ingrese aquí para conocer la dirección de la iglesia más cercana a usted.
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