Es momento de dejar atrás todo lo que te impide florecer.
El verdadero Cristiano no puede florecer si está aferrado a lo viejo. Evaluá si este es tu caso:
– Manías con las redes sociales que solo te distraen.
– Miedos que te paralizan.
– Costumbres paganas que te contaminan.
– Egoísmo que te aísla.
– Traumas que te limitan.
– Angustias que te desgastan.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas”. 2 Corintios 5:17
Florecer empieza cuando decidís renunciar a lo que ya no te edifica, y abrazás la renovación que el Espíritu Santo te Ofrece. No es un cambio superficial, sino una Transformación profunda y personal para mejor.
Exhalar el Buen Perfume de Cristo. El verdadero Cristiano florece cuando su vida exhala el Carácter de Jesucristo:
– Salud espiritual, mental, verbal.
– Equilibrio interior.
– Positividad y definición en sus objetivos.
– Resolución de su pasado a través del perdón mutuo: perdona a quienes debe perdonar y es perdonado por Dios.
– Certeza de su Salvación.
“Porque Fragante Aroma de Cristo somos para Dios entre los que se Salvan y entre los que se pierden…”. 2 Corintios 2:15
No se trata de aparentar santidad, sino de irradiar la Presencia del Señor Jesús en cada pensamiento, actitud, palabra y decisión. El perfume no se ve ni se toca, se percibe.
Dar mucho fruto en todas las áreas. El verdadero Cristiano florece para dar fruto abundantemente:
– Alegre, pacífico, misericordioso, fervoroso.
– Agradecido, feliz en su matrimonio y familia.
– Realizado profesionalmente, saludable, generoso.
– Patrocinador de la Obra de Dios con ofrendas especiales y expresivas.
– Definido en sus metas para este 2025, con fe de que las alcanzará.
“En esto es Glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois Mis discípulos”. Juan 15:8
– Florecer no es solo crecer, es multiplicar.
– No es solo recibir, es dar con alegría.
– No es solo tener fe, es vivirla con impacto.
Llegamos a la conclusión de que esta primavera es para florecer como nunca antes, ser renovados y Poderosamente Usados por Dios.
El verdadero Cristiano no vive estancado en el invierno del alma, indiferente a su espiritualidad ni a los perdidos a su alrededor. Vive la primavera del Espíritu Santo:
– Dejando atrás lo que lo marchita.
– Exhalando el Buen Perfume de Cristo.
– Dando Fruto en todas las áreas de su vida.
“Y que el mismo Dios de Paz os santifique por completo; y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la Venida de nuestro Señor Jesucristo”. 1 Tesalonicenses 5:23
¡Nos vemos en breve, en la IURD o en las Nubes❗️
Obispo Julio Freitas
