Usted ya le preguntó a Dios ¿Qué tengo que hacer? Porque, si usted se lo preguntó y sabe la respuesta porque Dios habla y cuando lo hace no deja dudas. Muchos han dado testimonio y han dicho “Obispo, cuando participé de la última Hoguera Santa, o de la anterior, el Espíritu Santo me pidió algo y yo creí que debería dar otra cosa. No di lo que Él me había pedido, sino lo que me parecía que tenía que dar. Eso no sirvió de nada, no pasó nada”.
Eso se confirma en la palabra que Jesús dijo en Lucas 6:38, Él dijo: “… con la misma medida con que medís, os volverán a medir”. No es el pastor el que lo debe mandar a sacrificar, es el Espíritu Santo, porque esto es cosa de Dios.
Él dijo “… con la misma medida con que medís, os volverán a medir.”, (Lucas 6:38). La fe se resume en eso, y usted, que ha recibido poco o nada, es porque lo que le ha dado, a Dios no ha valido nada. Él no lo aceptó, esa es la realidad.
De la forma en que medimos el Altar, este también nos mide. La Hoguera Santa, es probar la fe que usted dice tener. Porque muchos se acercan, se entregan a Jesús, piden perdón, se deshacen en lágrimas, pero sus vidas no cambian. Porque es pura emoción y eso obviamente no funciona, lo que cambia es la actitud.
Por ejemplo, el bautismo en las aguas, es sepultar a la vieja criatura, abandonar el pecado y sacrificar su voluntad, darle la espalada a este mundo y vivir para Dios. Esa es la fe que agrada a Dios. Sin embargo, no todos están dispuestos.
Por eso cuando una persona sacrifica en el Altar, se define, muestra su rosto, la hipocresía queda expuesta. Porque si va con todo, el Altar le devuelve todo lo que necesita y mucho más. Pero si van sin reservas, sale vacía y no sucede nada. Hay mucha gente que vive así, engañando y jugando con Dios. Por eso su vida no cambiará, porque ha tomado actitudes que no condicen con la santidad del Altar, esa es la realidad, eso le sucede a todos los que son hipócritas ante el Altar.
No juegue con Dios, porque Él conoce a cada uno de nosotros. Queremos que todos sean bendecidos, pero, infelizmente, no todos tienen una fe de calidad, sincera y por eso se quedan atrás.
Si está viviendo en esta indecisión, no quiero convencerlo de participar de la Hoguera Santa, porque si lo hace debe hacerlo con todas sus fuerzas o entonces no haga nada. La fe es la que motiva a una persona a sacrificar, el sacrificio es el resultado de lo que está dentro de nosotros y eso es lo que le agrada. Mientras no sacrifique su vida, puede hacer lo que sea, pero su vida no va a cambiar. La Hoguera Santa es para las personas que quieren ser saber qué tienen que hacer para que sus vidas sean transformadas y la respuesta es sacrificar su vida.
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