Sos verdadero o falso. Reflexioná sobre cómo estás conduciendo tu fe en Dios
La mayoría de nosotros tendemos a buscar el camino fácil, el atajo, la promoción, la solución mágica, lo que es gratuito y no exige esfuerzo. Cuando se trata de la fe en Dios, muchas veces, no es diferente.
Hoy es común encontrar a cristianos no practicantes, que creen convenientemente que, por el hecho de que el Señor Jesús ya dio Su vida por nosotros, Él también les dio la libertad de vivir como quieren, después de todo, “todos pecan”.
Sin embargo, es necesario tener cuidado. Sobre estos cristianos falsos, el Señor Jesús advirtió lo siguiente:
“No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla. Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el Reino de los Cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, este será llamado grande en el Reino de los Cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no supera la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos”. Mateo 5:17-20
¡En este pasaje vemos claramente cómo el Señor Jesús elevó aún más los criterios para la Salvación!
Por eso, es necesario tener discernimiento con los que predican un cristianismo fácil, sin sacrificio, en nombre de la gracia de Dios. Estos demuestran no entender verdaderamente el significado de la gracia, y la enseñan de manera equivocada, exactamente como el Señor Jesús advirtió.
Muchos hacen grandes sacrificios por la carrera, por la fama o por la belleza, pero no están dispuestos a hacer lo mismo por la fe. Esto no solo es ingratitud delante de todo lo que Dios nos dio, sino que también es una profunda falta de respeto al sacrificio de Su Hijo.