Nancy Faria encontró la manera de revertir su cuadro depresivo, de ser una persona que pensaba que el suicidio era la única alternativa pasó a ser una mujer fuerte porque aprendió a usar su fe.
“Estaba depresiva, el nerviosismo me dominaba prácticamente todo el día. Intenté suicidarme tomando pastillas, miraba la estación de trenes pensando en tirarme a las vías. La depresión era causada por la angustia, la tristeza y la soledad por la ausencia de mi esposo. Él se iba y no regresaba, eso me ponía mal. Mi esposo tenía el vicio del alcohol y sus salidas recurrentes me estaban afectando seriamente. Recuerdo que cada vez que él se iba de casa los nervios me causaban mucho dolor de estómago.
No veía una salida, quería matar a mis hijos y matarme yo también. En esa situación estaba cuando surgió la Universal como la oportunidad que estaba esperando. Llegué a la iglesia después de pensar aproximadamente por tres meses si venía o no, al principio dudaba, pero después decidí probar.
Empecé a hacer las cadenas, pero iba y venía, no me ponía firme. Me costaba tomar una decisión que definiera mi fe, porque yo era de la religión tradicional. Hasta que finalmente decidí permanecer con el Dios Vivo. Tardé bastante tiempo en fortalecer mi comunión con Dios, pero lo logré y ese cambio en mi espiritualidad me permitió vencer la depresión. Mi interior cambió, fui transformada de adentro hacia fuera. Hoy mi vida es completamente diferente, ya no quiero morir, ahora quiero disfrutar cada día con mis seres queridos. Dios me devolvió las ganas de sonreírle a la vida”, cuenta.
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