El Cuerpo del Señor es disciplinado y trabaja en armonía, pues hay una concordancia entre sí. No hay distinción, ya que todos los elementos son importantes porque forman parte de este Cuerpo.
Hay personas que están en las filas de los hospitales esperando un trasplante de hígado porque el suyo no funciona más. Yo pregunto: ¿usted quiere ser trasplantado, cambiado o arrancado a la fuerza? Identificamos estos órganos damnificados para que sean retirados de nuestro medio. Y eso no es injusticia. Honestamente, injusticia es permitir que este elemento permanezca contaminando todo el cuerpo. Eso es disciplina dentro de la iglesia.
Si alguien permanece en la indisciplina, entonces no forma parte del Cuerpo: sino que es un cuerpo extraño.
Usted tiene que tener la sensibilidad de que, por encima de todo, Dios tiene que estar en primer lugar en su vida, incluso por encima de su familia, a pesar de que esta también sea importante. Y si la esposa trae una palabra de duda, instigando al pastor contra la iglesia, entonces ya no es más auxiliadora, y el marido tiene que guardar su corazón y corregirla.
Usted tiene que tener consciencia de que es un hombre de Dios. Obrero, pastor u obispo son solo títulos que le fueron prestados. Pero como hombre de Dios, donde esté, Dios estará con usted. ¿Qué es lo que Él espera de Sus siervos?
Cuando Dios llamó a Josué, dijo así:
Aconteció después de la muerte de Moisés, SIERVO del SEÑOR, que el SEÑOR habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo… Josué 1:1
El Espíritu Santo se refiere a Moisés como siervo del Señor; por otro lado, se refiere a Josué, inicialmente, como hijo de Nun. En la historia universal de Dios, el nombre del pastor, del obispo o del obrero está incluido. Pero, ¿acaso está como siervo del Señor o solo como hijo del propio padre?
Luego de servir a Dios con su vida después de ser llamado, al nombre de Josué, hijo de Nun, le fue añadido siervo del Señor, como está escrito:
Después de estas cosas murió Josué hijo de Nun, siervo del SEÑOR, siendo de ciento diez años. Josué 24:29
Como siervo usted es disciplinado, y su naturaleza pasa a ser disciplinada también. Fue el Espíritu Santo Quien hizo eso. La disciplina nació dentro de usted cuando nació de Dios. Y nosotros servimos los unos a los otros porque formamos parte del armonioso Cuerpo del Señor Jesús. La persona que se rebela contra esa armonía no es de Dios, no sirve a Dios. Entonces, tiene que ser expulsada.
Pero, ¿por qué existen personas que están hace tanto tiempo en las iglesias y no forman parte del Cuerpo del Señor Jesús? Él dice:
¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno? Mateo 23:33
Este es el único tipo de persona con quien Jesús se indigna: el falso, el hipócrita, el engañador. Es aquella persona que aparenta una cosa, pero que por dentro es otra; es fingida y enmascarada.