«El hijo honra a su padre, y el siervo a su señor. Pues SI YO SOY PADRE, ¿dónde está Mi honor? Y SI YO SOY SEÑOR, ¿dónde está MI TEMOR? —dice el Señor de los ejércitos a vosotros sacerdotes que menospreciáis MI NOMBRE—. Pero vosotros decís: “¿En qué hemos menospreciado TU NOMBRE?”. Ofreciendo sobre Mi altar pan inmundo. Y vosotros decís: “¿En qué TE hemos deshonrado?”. En que decís: “La mesa del Señor es despreciable”.» Malaquías 1:6-7