Colarse en la fila, apurarse para tener el mejor lugar, ¿quien no vivió o vio una situación parecida a estas? Lo peor es que el egoísmo está cada vez más presente en la sociedad y demuestra una total inversión de valores.
“Esas son personas que no aprendieron a perder. Probablemente, no fueron mimadas y no aprendieron cuando eran niños, o vinieron de una familia muy humilde, por eso, quieren enmascarar una dificultad vivida antes. De todas maneras, la persona siempre quiere más y para eso es necesario sacar ventaja”, explica la psicóloga Débora Cristina de Macedo Jorge.
Pero, esa aparente ventaja sobre el otro, puede traer consecuencias emocionales. “La persona siempre será frustrada porque en el fondo sabe quien es. Por ejemplo, tiene conciencia de que obtuvo un cargo en su trabajo no porque sea capaz, sino porque manipuló a alguien o a alguna situación. Volviéndose una persona infeliz.”
La vida social también se altera. “Las personas con quien convive no confían más en ella, pues no se puede ser una amiga verdadera de alguien que siempre busca sus propios intereses. Es una situación de desconfianza extrema”, señala la psicóloga.
Si una amistad sobrevive, puede ser el canal para intentar advertirle sobre su modo egoísta. “Un amigo puede señalar esta característica, mostrando la dificultad del otro, pero será difícil que la persona admita que siempre quiere sacar ventaja en todo. En realidad, quien está alrededor no tiene mucho que hacer.”
Reaprendiendo valores
El mejor camino para dejar de ser egoísta y de querer sacar ventaja por encima del otro, siempre es reaprender los valores perdidos durante la vida, debido a las dificultades y a la educación errónea en la infancia. “La persona tiene que aprender nuevamente los valores éticos y morales. Antiguamente eso era una materia en la escuela, llamada Educación Moral y Cívica. Hoy en día, eso no se enseña más en las escuelas y las personas no saben ser ciudadanas, no tienen más ética, no piensan más en el grupo, sino solamente en sí mismas, se olvidan de la amistad, de la educación. El valor del ser humano está muy bajo”, enfatiza Débora.
Ella finaliza diciendo que la tendencia es empeorar. “Porque quien quiere sacar ventaja, culpa al otro, busca argumentos sin fundamento por no lograr admitir que el problema está en ella misma.”