Nos sorprende cada vez más el creciente número de libros inclinados a la autoayuda, al pensamiento positivo y a otras formas de conocimiento, que se encuentran fácilmente en las librerías de todo el mundo. Este hecho demuestra que las personas desean atajos rápidos para la felicidad.
En esta búsqueda incesante, los hombres han buscado en muchos lugares, menos en la Biblia, en la Palabra de Dios. En esta obra maestra, la más vendida de todos los tiempos, se puede encontrar el verdadero Dios, que recibe a aquellos que creen en Él de manera amorosa y gentil, disponiéndose a enseñarles la esencia de la sabiduría.
En Proverbios, uno de los muchos libros de la Biblia, Dios revela que la verdadera sabiduría está en guardar Sus enseñanzas en lo más íntimo del corazón (Proverbios 4:20-21). Muchos, sin embargo, no entienden lo que significa “guardar el corazón”, pues esa expresión implica muchos significados, pero, principalmente, que no debemos acumular en el corazón ningún tipo de resentimiento o de odio y que debemos perdonar siempre a todos.
Entonces, si usted está ofendido, guardó una ofensa porque alguien lo trató mal o lo ofendió, usted no está preservando su corazón, sino que está abriéndolo a las enfermedades tanto del cuerpo como del alma. La verdad es que, al acumular cualquier sentimiento negativo, la persona estará destruyéndose poco a poco.
Tal vez le gustaría incluso perdonar a alguien, sin embargo, todavía siente dolor en su corazón. Sin duda, esa dificultad para perdonar es la principal traba para que el hombre alcance el equilibrio, la paz y la alegría en su vida.
Es imposible ignorar el hecho de que solamente aquellos que viven bajo la sabiduría Divina están llenos de fuerza, considerando que solo el perfecto equilibrio espiritual puede garantizar también la salud corporal. Pero, si el espíritu no está en armonía, ni el mejor plan de salud podrá proporcionar a las personas completo bienestar físico y mental. Y lo mejor es que Dios, para darnos todo eso, tan solo pide a cambio nuestra fe.
Por lo tanto, es necesario que usted guarde su corazón, es necesario preservarlo permanentemente, guardarlo bajo siete llaves, pues él es la fuente de todos los sentimientos. Si no es así, la práctica de las acciones equivocadas harán frágiles a sus emociones.
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(*) Texto extraído del libro “Mensajes del obispo Macedo”
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