“Confiad en El en todo tiempo, oh pueblo; derramad vuestro corazón delante de El; Dios es nuestro refugio.” Salmo 62.8
El Rey Jesús espera que sus siervos derramen sus vidas ante Él, confiando en Su Poder y siguiendo sus Preceptos de vida. Esos Preceptos los disciplinan para obtener la salvación y, conforme Su Promesa, vivan para siempre en Su Morada.