“Las personas que vivían alrededor del Tabernáculo no podían entrar aquí. Solamente los sacerdotes entraban. Pero Dios mandó a que hicieran 12 panes, y cada uno de los panes representaba una tribu de Israel. Entonces, aunque que las personas no pudieran entrar, eran representadas por los panes.” Todos oyen atentamente las palabras del obispo Miguel Peres Lacerda, que guía al grupo por el Templo de Salomón, en San Pablo, en un viaje histórico narrado en la Biblia.
Los integrantes miran curiosos los bellos detalles de los elementos sagrados, como el Altar del Incienso, el Candelabro y el Arca de la Alianza, encontrado en el interior de la réplica del Tabernáculo, construida en el Templo. Entre los 19 visitantes estaban representantes de diversas denominaciones evangélicas de Suiza y de Bélgica, que quisieron conocer el lugar a través del obispo Eduardo Bravo (Foto de arriba, de blazer, al centro), responsable por la Universal en Suiza.
El obispo Miguel les mostró a los invitados como los Registros Sagrados pueden relacionarse con el mundo contemporáneo en la alianza de las personas con Dios.
Un mensaje revelador
Al final, los representantes evangélicos quedaron admirados por la riqueza espiritual que cada símbolo de la jornada del pueblo de Dios contenía. Dijeron estar impresionados por el Templo de Salomón y el rescate de la santidad al Señor que el mismo trasmite.
El obispo Eduardo destacó que fue una experiencia única y de gran meditación sobre la relación de Dios con los hombres. “Todo el conocimiento adquirido en el tabernáculo fue muy importante. Yo quedé realmente impresionado al saber que cuando un padre perdía un hijo, él se rasgaba la ropa – era una costumbre de la época: y fue lo que Dios hizo. Cuando el Señor Jesús fue crucificado, el velo del Templo se rasgó en el mismo momento. Esa comprensión realmente trae una reflexión espiritual”, destacó el obispo.
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