Yo también viví una experiencia como esa de abandonar la fe. Yo era de otra denominación, pero era fiel a DIOS y ganaba almas para Él. Con una de esas almas me casé, que fue mi marido. Pero, con el tiempo, nos enfriamos en la fe y abandonamos a JESÚS. Primero él, después yo, pues en ese momento mi dios era él y no JESÚS.
Inmediatamente después él me abandonó y yo sufrí demasiado. Intenté tener otras relaciones para llenar el vacío que había quedado, pero nada sirvió. Entré en una depresión profunda, que generó incluso una menopausia precoz, a los 38 años. Pensé en morir varias veces, pasé siete años gimiendo…Hasta que un día Le clamé a DIOS por socorro, pues no aguantaba más tanto dolor en el alma, y a través de una programación de radio, DIOS me trajo a la Universal, que era la iglesia en la que yo decía que jamás pondría mis pies.
Hoy estoy desde hace tres años en la Iglesia, fui curada de la depresión, de la columna…DIOS restauró a mi marido en la fe y él volvió a mí. Hoy yo amo a mi marido, pero él ya no es más mi sol. DIOS es el Primero en todo en mi vida y lo único que me falta es el bautismo con el ESPÍRITU SANTO, pero creo que sucederá en este Ayuno, pues estoy empeñada y decidida a buscar con todo mi corazón a ese DIOS extraordinario que cambió mi vida.
Eliane