Goldi: “Ahora estoy bien porque la Hoguera Santa funciona. Llegué a la iglesia con mi vida destruida, mi economía estaba muy mal, vivíamos en un ambiente de cuatro metros cuadrados con mi esposo y mis tres hijas. No teníamos para comer, estábamos en la miseria. En ese momento trabajaba solo mi esposo y tenía el sueldo mínimo, así que no nos alcanzaba el dinero.
Yo tenía cálculos en los riñones, nódulos en el pecho, quistes en el útero, depresión, tristeza, insomnio y fuertes dolores de cabeza. A mi hija mayor le diagnosticaron cáncer, iban a vaciarla, y mis dos hijas menores eran asmáticas.
Intentábamos salir adelante pero no podíamos y eso causaba peleas en el matrimonio. No podía ayudarlo, él era muy pasivo y yo no sabía cómo resolver la situación. Cuando llegué a la Universal, escuché hablar de la Hoguera Santa, creí que era una oportunidad para salir de la situación en que me encontraba y decidí sacrificar.
Subí al Altar con miedo, no comprendía nada, recibí mi sobre estando enferma, sin trabajo, no sabía ni qué iba a sacrificar. Entonces, trabajé quince días y presenté mi sacrificio de fe en el Altar.
A la semana, empecé a dormir bien, a sentirme mejor, Dios me respondió dándome la sanidad y encontré trabajo. Como quería ser feliz, en cada Hoguera Santa me lanzaba porque sabía que funcionaba. Así, mis hijas fueron sanadas, el cáncer desapareció, no tuvieron que operar a mi hija. Mi matrimonio fue restaurado, somos una pareja unida y muy feliz. Mi familia está en la presencia de Dios, eso es muy importante.
Incluso la miseria se terminó, ahora tengo una vida abundante. Conquisté dos supermercados, un departamento en Europa, una casa en Perú, una camioneta grande 0 km, un coche en el que me movilizo. Y mis últimas conquistas fueron dos terrenos, uno de 1000 metros cuadrados. Puedo afirmar que veo las maravillas de Dios en mi vida”.
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