“Mi vida fue transformada a través de mi sacrificio”
Isabel: “Mi vida era un desastre, tenía problemas económicos, con mi pareja, espirituales y en la salud. Vivía constantemente con dolores de cabeza. Cuando me casé era muy celosa, vivía controlando a mi marido. Nunca tuve una vida económica buena, nunca tuve nada. Mi esposo no conseguía un buen trabajo, todas las cosas que mis hijos tenían se las habían regalado los tíos y los abuelos, nunca pude comprarles nada de lo que quería para ellos. Vivíamos atrás de la casa de mis suegros y muchas veces comíamos porque ellos nos ayudaban, sino ni para comer teníamos.
Mi hijo (quién está junto a ella en la foto) nació con un problema neurológico, decían que él no iba a ver o no iba a poder caminar al poco tiempo de vida. Esto se complicó por la tuberculosis, por lo que tenía que seguir un tratamiento de por vida.
Al tiempo adoptamos una hija con mayores problemas neurológicos de los que mi hijo tenía, había nacido prematura e iba a quedar con problemas de incapacidad debido a su peso. A los tres meses, cuando le dan el alta, nos fuimos directo al Garraham porque debían operarla por una encefalía de tercer grado. Ante este panorama decidimos sacrificar en la Hoguera Santa del Sinaí y conquistamos la sanidad de nuestros hijos, fue un milagro, la salud de ellos fue totalmente restaurada.
Después vinieron otras oportunidades de sacrificar en la Hoguera Santa. La principal conquista fue nuestro encuentro con Dios, para mí eso no tiene precio; ser libre de los tormentos es algo maravilloso.
Hoy mi familia está bendecida, ya no pasamos necesidades, logramos salir adelante. Soy peluquera y tengo una empresa de artículos personalizados que está prosperando”.
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