En fechas recientes se ha reportado importante incremento en enfermedades de la piel generadas por el Sol, lo cual se debe en gran parte a la idea generalizada de que bronceado es sinónimo de belleza. No en balde, se estima que 20% de las consultas a dermatólogos obedecen a la atención de padecimientos vinculados con exposición prolongada a los rayos del sol sin protección adecuada.
Aunque se sabe que la luz solar ayuda a tener mejor ánimo y vitalidad, además de que interviene en la generación de vitamina D, sustancia que evita raquitismo (alteración del sistema óseo) y osteoporosis (desmineralización de huesos), los especialistas en dermatología aconsejan que el contacto prolongado con estas emisiones debe regularse mediante el uso de algún filtro o bloqueador formulado especialmente para evitar daños en las estructuras de la piel.
También conocidos como protectores solares, garantizan la disminución de problemas estéticos o de salud (aparición de manchas y arrugas o cáncer) siempre que sean utilizados correctamente, tanto en periodos vacacionales como al efectuar actividades cotidianas durante las distintas épocas del año y en todas las etapas de la vida.
Diferencias
Para comenzar, existe una diferencia entre protector y bloqueador solar. El primero se considera que ofrecn protección química, es decir, en su fórmula incluyen sustancias orgánicas que absorben los rayos del Sol y los vuelven inofensivos (te broncea un poco). Mientras que el bloqueador es un producto físico, su consistencia espesa y cremosa crean una pantalla que genera una sombra sobre la piel y que refleja o dispersa las radiaciones UV e infrarrojas. Las sustancias más utilizadas para estos fines son dióxido de titanio y óxido de zinc. Aunque ambos se utilizan para proteger la piel, previenen el envejecimiento prematuro y retrasan alguna reacción que la piel pueda tener al sol. Utiliza el más conveniente según tu necesidad y preferencia.
Los dos productos se aplican en la piel 30 minutos antes de exponerte al sol, no debes utilizarlos cerca de los ojos y debes reaplicarlo si sudas excesivamente o permaneces dentro del agua por mucho tiempo. Sin embargo, fórmulas mejoradas dan protección al instante de aplicarlas, ya sea en crema, aerosol o gel y permanecen en la piel por más tiempo.