La Fuerza Joven Universal (FJU) tiene como uno de los principales objetivos motivar a los jóvenes a luchar por una vida de calidad, para que inviertan en
sus sueños y le digan no a las drogas. Los proyectos del grupo ofrecen una oportunidad de cambiar de vida a través de actividades sociales, deportivas y culturales, como el baile, el teatro y la música.
En Moldavia, país ubicado en Europa, el grupo de la FJU realizó, el sábado 8 de octubre, el evento “Sabé Decir No” (SDN), que fue el escenario para un concierto abierto a la juventud con presentaciones de finalistas en las modalidades de música y baile. El evento, que reunió a centenas de personas, se realizó en el teatro Filarmónica, en la capital del país, Chisináu.
El responsable del trabajo de la FJU en Moldavia, el pastor Diego Silva, les dijo a todos los presentes que es posible decirle no a los vicios, a las malas compañías, a la prostitución, a los juegos, a la depresión y a cualquier otro tipo de influencia maligna, desde que la persona decida tener una vida verdaderamente feliz y con Dios. “Todos tienen dentro de sí una fe, pero depende de cada uno tomar la decisión de practicarla”.
“Yo fui capaz de perdonar a quien me ofendió”
La joven obrera voluntaria Diana Volontir (en la foto abajo), de 21 años, pasó por muchas situaciones problemáticas en su casa desde muy temprano. Su madre sufría perturbaciones, agredía a Diana, a su hermana e incluso intentó suicidarse. Involucrada con la brujería, influyó a su hija incluso a realizar rituales. “Mi madre ganaba dinero y nos mantenía por medio de eso. Cuando yo tenía 12 años, intenté suicidarme por primera vez. Una determinada noche, mi madre agredió a mi hermana y trató sofocarla, porque ella se parecía mucho a nuestro padre. Después de algunos meses, ella trató de sofocarme a mí también”.
Después de ese episodio, Diana y su hermana se fueron a vivir con su abuela. “Ella nos contó que un hechicero le había dicho que mi madre moriría a los 39 años y mi abuela a los 64. Un año después los médicos descubrieron que mi madre se estaba pudriendo viva, de adentro hacia afuera, y que tenía un tumor en el cerebro. Después de algunos meses ella murió, exactamente a los 39 años de edad. Mi abuela comenzó a beber alcohol todos los días y, exactamente a los 64 años, murió de un derrame cerebral”, cuenta Diana.
Después de la muerte de su abuela, la joven se fue a vivir con parientes de su padre. Sufrió un intento de abuso, lo que hizo que se volviera muy nerviosa, agresiva, dependiente de calmantes y que tuviera una vida promiscua. “Comencé a salir con diferentes muchachos, incluso con hombres casados. Comencé a consumir alcohol y solo regresaba a mi casa al otro día a la mañana. Pero nada de eso llenaba el vacío que había dentro de mí”, declara.
Un día, Diana fue invitada para participar de una reunión en la Universal. Ella aceptó la invitación. En seguida, ingresó al grupo de la Fuerza Joven Universal y comenzó a frecuentar la iglesia todos los días. “Me fui liberando y encontré la ayuda que tanto necesitaba. Hoy no tengo más depresión, pensamientos suicidas, insomnio ni odio. Fui capaz de perdonar a quien me ofendió. En febrero de 2016 fui levantada a obrera y tengo un deseo enorme de ayudar a las personas que están pasando hoy lo que yo ya pasé o aún peor”.
Usted también puede tener la experiencia que Diana tuvo, viendo a Dios cambiando el rumbo de su vida. Visite la Universal más cercana a usted y entérese cómo formar parte de la Fuerza Joven Universal.
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