El placer surge cuando se produce una sensación de bienestar. Todo lo que se conquista con sacrificio es más gratificante que cualquier remuneración, pues el sabor de la victoria se vuelve más fuerte.
La mayoría de las personas que venció los obstáculos y alcanzó una vida exitosa, sin lugar a dudas, ha oído muchos “no” a lo largo de su trayectoria: que no lo iba a lograr, que no sería capaz o que no tenía las condiciones necesarias para aguantar la presión, entre otros. Pero, también supo usar estas palabras para crear resistencia y una indignación interior a fin de mostrar que “sí”; la victoria es posible.
Este sentimiento de placer surge junto a las adversidades. Cuando se utilizan de una forma positiva, los problemas se convierten en un combustible que impulsan a la persona a combatir todos los pensamientos y voces negativas; pues, a través de ese combustible, es revelada su fuerza y se superan los límites.
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