Uganda es un país africano con cerca de 34 millones de habitantes, cuya historia está marcada por distintas crisis políticas. Ex-colonia inglesa, el país se independizó en 1962, pero luego llegó la dictadura militar. Durante las dictaduras, más de 300 mil personas fueron asesinadas por las fuerzas gubernamentales, alegando oposición al régimen. Años después la institución de elecciones en los 80, la situación precaria de la población no cambio mucho, y es el tema de las constantes denuncias de entidades internacionales que defienden los derechos humanos. Actualmente, Uganda pasa por un período de aparente desarrollo, pero solo aparente.
Por más que el país tiene un número significativo de cristianos (83%), la mayoría de ellos no disfruta de las promesas contenidas en la Palabra de Dios, tales como la prosperidad y la salud. Por lo contrario, además del hambre en la región, el número de infectados por el virus del HIV es grande, cerca del 50% de la población.
Con el objetivo de llevar esperanza y fe a esa población tan marcada por el sufrimiento, en octubre de 1996 la Iglesia Universal del Reino de Dios se instaló en el país. A pesar de las numerosas persecuciones, se expandió, con la actividad importante de llevar auxilio espiritual y social, recuperado muchas vidas para Dios.
Una de esas vidas es Victoria Kisakye Nalugwa, que antes de llegar a la Iglesia Universal del Reino de Dios, tuvo a su familia involucrada con rituales macabros. “Antes de que mis tormentos comiencen, mi abuelo enfermó y en tres días falleció. Él era el líder (Raje) de una mezquita musulmana en nuestra ciudad. Dos meses después, mi abuela se desmayó y estuvo en coma por un día. Unas personas la llevaron a consultar a los espíritus y a hacer sacrificios para ellos. Era el comienzo de mi sufrimiento, pues yo iba a ser la siguiente en ser atormentada”, recuerda.
Victoria cuenta que a los 12 años comenzó a sufrir de ataques repentinos, volviéndose una adolescente triste y depresiva, que tenía mucho miedo a la oscuridad.
“Un día, vi la programación de la IURD en la televisión. Decidí ir a las reuniones de liberación y tuve muchas ganas de hablarle de Jesús a mi familia. Escribí una carta a mi papá pidiéndole que se entregue a Jesús, aún sabiendo que para ellos tener un familiar convertido al cristianismo sería abominable. Comencé mi vida con Jesús, encontré amigos que me cuidaron y me ayudaron dándome refugio. Después de un año y medio en la presencia de Dios, mis familiares me aceptaron de vuelta y empezaron a respetar mi fe.
Hoy soy libre y dependo solamente de Jesús. Tengo un buen trabajo, mi casa propia y sirvo a mi Señor como obrera”, finaliza.
Escenario macabro
A pesar del esfuerzo realizado por la IURD para llevar la salvación a los que sufren, por medio de la Palabra de Dios, muchos aún buscan en los sacrificios de animales y hasta de personas, la solución para distintos problemas. El 27 de mayo, Red Record exhibió en su programa “Domingo Espectacular” una nota alarmante. En Uganda los niños son sacrificados en rituales de magia negra en búsqueda de la prosperidad. Si el objetivo no es la muerte, entonces las criaturas son mutiladas, cargando marcas físicas y psicológicas para toda la vida. El terror se posesionó de millones de familias preocupadas por sus hijos, y otro tanto llora a sus hijos desaparecidos.
Según la Fundación Gedeón, fundada por el padre de una de las víctimas, en este momento son más de 3 mil los desaparecidos, mientras que el gobierno local, que tiene acuerdos con los hechiceros, admite solo 300, y 50 muertes entre 2006 y 2011.
La realidad es más grotesca de lo que aparenta. Cerca del 20% de la población afirma que cree en la magia negra, sin contar los que no lo admiten, y existe la creencia de que si un inmueble es construido sobre la cabeza de un niño, será un lugar próspero, sobre todo en el área comercial. Hubo un caso en que un niño había sido enterrado vivo en los cimientos de un edificio, y los responsables de la construcción no fueron condenados por la justicia.
Para agravar la situación, la creencia en el éxito de estos hechizos es tan grande que hay un verdadero mercado ilegal de cuerpos de niños. Un cuerpo saludable puede valer hasta 25 mil pesos en la zona rural y 50 en la zona urbana a pesar de la crisis.
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