El linfoma es un tipo de cáncer que puede afectar los órganos del sistema inmunitario del ser humano: los ganglios linfáticos, el bazo, el timo y la médula ósea. Sin embargo, también puede dañar otros órganos del cuerpo.
Según los especialistas, en Argentina, se diagnostican 4 mil nuevos casos de linfoma por año y 200 mil personas mueren por esta enfermedad. Se estima que un millón de individuos la padece en todo el mundo.
Los linfomas se clasifican en dos grandes grupos dependiendo de su origen celular, evolución, tratamiento y pronóstico: los linfomas de Hodgkin y los linfomas no hodgkinianos. Este último género es el más habitual y el que más ha aumentado en los últimos años.
Esta enfermedad, generalmente, no produce dolor. Por lo tanto, los expertos aconsejan prestarle atención al crecimiento de los ganglios linfáticos. No obstante, también puede suceder que un linfoma esté ubicado en una zona inaccesible a la inspección física, como, por ejemplo, en las regiones cervicosupraclavicular, axilar o inguinal.
En estos casos, la persona debe observar si presenta los siguientes síntomas de manera constante: sudoración nocturna, aumento de la temperatura corporal hasta los 38 grados durante la noche, pérdida de peso, escalofríos, fatiga o falta de energía, pérdida de apetito, tos, picazón persistente en todo el cuerpo, falta de aire y dolor de cabeza.
Es importante recurrir al médico si usted nota una anomalía en los ganglios linfáticos o tiene los síntomas mencionados anteriormente, dado que, ante un eventual diagnóstico de parte de los profesionales de la salud, se procederá a iniciar el tratamiento adecuado para extinguir el linfoma.
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La Iglesia Universal del Reino de Dios aclara que todos los conceptos emitidos en esta página, como en el periódico y en su programación radial y televisiva, en modo alguno deben interpretarse en desmedro de la medicina, ni de quienes la practican. NO DEJE DE CONSULTAR A SU MÉDICO.