Ana: “Desde muy chica viví situaciones muy difíciles en mi casa. Escuchábamos ruidos, veíamos cosas, tenía miedo a la oscuridad, de hecho, cuando nos íbamos a dormir era como si hubiera gente en la cocina. En una ocasión mi papá abrió una lata de duraznos y de repente empezó a moverse sola. Tenía tanto temor que casi no dormía. Sentía que alguien se sentaba en mi cama, que me tocaba los pies, el pelo y una presión muy fuerte en el pecho.
Cada vez empeoraba más, nos llegamos a mudar cinco veces, pero todas las situaciones que vivíamos en la casa anterior, se repetían. Mi mamá buscó ayuda en distintos lugares pero nunca encontró la salida, pensaban que estábamos locos.
En la escuela tenía muchos problemas, era muy solitaria, sufría ataques de pánico y me mandaban al psicólogo. Desde muy joven pensé en el suicidio, incluso escribía cartas de despedida: quise cortarme las venas y tomé un vaso puro de veneno. Quería morirme, dejar de sufrir, pero gracias a Dios no me pasó nada.
Una noche mi mamá estaba escuchando la radio, y escuchó el programa de la Universal. Ella empezó a concurrir y yo la acompañaba. Al principio me costó mucho comprender y fue muy difícil, pero participando los días viernes pude lograr la liberación. Hoy mi familia está transformada, ya no tengo ningún problema para dormir, soy feliz gracias a Dios”.
Viernes a las 8, 10, 12, 16 y principalmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro o haga clic aquí y vea la dirección de la iglesia más cercana a su hogar.
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