La prisión en una relación amorosa significa falta de confianza
Controlar a dónde va, no dejar que salga con los amigos, no tener un tiempito para hacer sus cosas, todo eso, y mucho más, indica una relación que ata a una persona, sin libertad, y a menudo se le llama amor.
Sin embargo, según la psicóloga Blenda de Oliveira, a este tipo de relación dependiente y posesiva no se le puede considerar amor. “Cuando no hay libertad, no se habla de amor. Amor es cuando te sientes libre, con la opción de estar juntos, compartiendo y lidiando con las diferencias. El amor verdadero da el crecimiento y la individualidad.”
Y cuando no existe esa libertad, e individualidad en el amor, surgen serias consecuencias. “Llega a ser asfixiante, sin placer, con demasiado control impidiendo el crecimiento de las personas involucradas”, explica Blenda.
Fue lo que sucedió con la publicitaria Ana Paula Rocha, de 28 años. “Mi ex quería controlar hasta las amistades que tenía en el curso de inglés. Me esperaba a la salida, para ver con quién conversaba cuando salía. En clase me angustiaba porque sabía que él me esperaba afuera, y no por el placer de irme a buscar, sino por su misma obsesión, a la que llamaba amor”.
Por el contrario tampoco es positivo. Tener libertad en exceso porque la relación se vuelve permisiva.”Es como si no existiera preocupación del uno por el otro, porque todo lo que amamos lo cuidamos, pero esto no significa querer controlar. Da la sensación de una relación muy ligera, desconociendo en lo más profundo de quién es el otro”, aclara Blenda.
Según ella, la verdadera libertad se aprender principalmente por el amor propio. “Si la persona se ama en primer lugar, mantendrá su individualidad. Cuando existe una buena autoestima, se logra vivir mucho mejor en la relación, sin miedo de perder al otro. Pasa a ser una elección y no una obligación de estar con el otro”, dice.
Además de tener amor propio, la psicóloga también da otros consejos de cómo tener una buena relación amorosa y libre. “Es necesario cultivar la libertad desde el principio, así como dejar bien en claro, sus gustos, cómo cada uno vive la vida, sus valores. Las cosas que desagradan también deben ser aclaradas, ya que el diálogo y la intimidad son fundamentales. También es importante que uno se interese por lo que cada uno vive, para que se puedan celebrar juntos las conquistas”, finaliza.