La vida de María Sandra González era muy triste. Estaba depresiva, vivía angustiada, su familia estaba destruida, no tenía trabajo, su marido tenía vicios y se iba varios días de su casa sin dar explicaciones. Ella ya no tenía fuerzas para seguir viviendo.
Pero todo cambió cuando aprendió a usar su fe, hoy tiene una familia unida y feliz.
Este viernes a las 8, 10, 12, 16 y especialmente a las 20 toque El Manto Consagrado en Av. Corrientes 4070, Almagro y experimente el poder de Dios en su vida. También puede buscar una Cenáculo del Espíritu Santo más próximo a su hogar.