Dios miró al hombre y decretó: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.”, (Génesis 2:18). Desde aquel momento hasta hoy, casi todo en el mundo cambió, menos la necesidad de tener una compañera
Sean sinceros
La base de cualquier relación es la confianza. Si se descubren mentiras será muy difícil recuperar el matrimonio. Recuerde que omitir información también es una forma de mentir. Los secretos no pueden formar parte de la vida de la pareja.
Desháganse de los celos
El celoso está lleno de dudas y se trastorna, su pareja, los ve como injusticias y desconfianza. Quienes viven así se la pasan peleando y haciéndose acusaciones cruzadas. ¿Qué pueden tener de bueno los celos? El amor confía.
¿Usted ama? Entonces esfuércese y confíe.
Separen un tiempo para hablar
El diálogo es esencial tanto para conocer más al cónyuge como para mantener la relación fortalecida. Incluso los intercambios de opinión son importantes, es decir, las discusiones son normales, pero sin odio ni ira. Conversen a diario, pregúntese mutuamente cómo fue su día. Antes de elevar el tono de voz, recuerde que el otro es la persona que usted eligió para compartir su vida.
Participen de la Terapia del Amor
Todos los jueves a las 16 y 20 h se realiza la Terapia del Amor, esta reunión está dedicada a fortalecer la relación, en ella aprenderá a enfrentar las dificultades de la forma más eficiente e inteligente: usando la fe.
Sean fieles
La fidelidad no debe ser solo física, sino también emocional y psicológica. Como dijo Jesús: “… cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.”, (Mateo 5:28). Día tras día, controla tus ojos y tu mente.
Bésense
El beso es una forma de demostrar cariño, aun así muchas parejas no se besan durante un largo periodo de tiempo. Cuando se va a trabajar, despídase con un beso, al encontrarse, salúdense con un beso. Buen día, buenas noches, gracias, todo eso es importante, un beso también.
Vivan el presente
Muchos se aferran al pasado, tienen celos enfermizos de exparejas de su cónyuge, dicen que perdonaron un error o una discusión, pero apenas aparece un contratiempo traen el tema otra vez. Otros se pasan la vida planeando el futuro y se olvidan de vivir el presente. Aprovechen cada día juntos, demuéstrense cuán importante es su compañía. Disfruten de su matrimonio, sean felices.
“Me daba vergüenza pedir ayuda para mi pareja”
Sabrina Herrera se fue a vivir con su pareja para ser feliz, pero lamentablemente no fue así. Ella no quería un matrimonio como el de sus padres, en que había agresiones e infidelidades…
“Empezaron las peleas y los golpes, yo era muy nerviosa y agresiva. Él siempre me tranquilizaba, era yo quien hacía lo mismo que mi papá hacía con mi mamá.
Recuerdo que me quería matar porque no soportaba más vivir alterada, con ataques de pánico, además, me sentía vacía y sola. Estuve tan depresiva que no hacía ni las cosas de la casa hasta que un día comencé a participar de las reuniones de la iglesia y fui cambiando”.
La transformación en su interior hizo que pudiera disfrutar de la familia que formaron, de ser como dos extraños, pasaron a tener un matrimonio consolidado. Hoy tienen comunicación, son una familia de verdad. “Estamos muy bien, gracias a Dios nuestra historia cambió”, afirma sonriendo.
Todos los jueves a las 16 y 20 h te esperamos en la Terapia del amor, Av. Corrientes 4070, Almagro.
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