“(…) Yo honraré a los que Me honran (…)”
(1 Samuel 2:30)
La respuesta Divina es inmediata. Nadie tiene más interés que el propio Dios en honrar a quienes Le son fieles. Pero la mayoría de los creyentes en Jesús no ha visto Su Grandeza en la vida.
¿Por qué?
«(…) los que Me desprecian serán tenidos en poco.» (1 Samuel 2:30)
“Este pueblo de labios Me honra; mas su corazón está lejos de Mí”, reclamó Jesús (Mateo 15:8; Marcos 7:6). La fe se vuelve infructífera cuando la honra dada a Dios es solo de la boca hacia afuera. Cuando hay obediencia a las costumbres religiosas, pero no hay obediencia a la Palabra de Dios. “¿Por qué Me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que Yo digo?”, cuestionó Jesús (Lucas 6:46).
En compensación, para los que sacrifican seres queridos, familiares, parientes, amistades, el mundo y, sobre todo, la propia vida por el Señor Jesús, la promesa es que Él Se mostrará Todopoderoso.
“Porque los ojos del SEÑOR contemplan toda la tierra, para mostrar Su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con Él…” (2 Crónicas 16.9)
Él pasa Sus ojos por toda la Tierra buscando ardientemente una vida en la cual pueda mostrar Su poder. No importa la situación por la cual usted está pasando hoy, si su corazón es totalmente de Él, sin reservas, Él mostrará Su poder en su vida.
La respuesta Divina es inmediata en la vida de quienes tienen el corazón totalmente de Él.
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Fuente: Libro “El Pan nuestro para 365 días”, del obispo Edir Macedo