Laura: “Tenía un padre alcohólico y una madre depresiva. El ser abusada sexualmente, amenazada con un arma, me llevó a la depresión, a cortarme, jugaba todo el tiempo con mi vida. Agarraba la gaseosa, picaba el veneno de rata y me la tomaba.
Estaba desesperada y terminé en una clínica psiquiátrica. Estar ahí es como vivir en un infierno. No pensás, estás anulada y lo único que querés es ver a tu familia, sin embargo, sabés que ellos no van a entrar por ninguna puerta.
Me metía en el baño, desarmaba maquinitas
de afeitar para cortarme la cara, los brazos y sentía que esa sangre salía junto con la impotencia. Planificaba y soñaba mi muerte. El día que falleció mi abuela, empecé a tomar medicación, quería irme con ella. Me enfermé de artritis soriásica deformante. Tuve que adaptarme a las diferentes operaciones. No podía hacer fuerza y mis huesos se estaban degenerando. Las vacunas que necesitaba costaban 110 mil pesos cada una. Pensaba que era inservible, andaba con muletas o en sillas de ruedas. Me había echado al abandono.
No podía seguir así, el primer paso que di fue ir a la Universal. Me costó mucho superar el abuso sexual y pedir perdón, pero obedecí y mi cambio fue del 100 %. La artritis y la osteoporosis desaparecieron. Pude volver a usar tacos y adelgacé. Mi familia está en la presencia de Dios, mi vida fue restaurada”.
Participe este viernes a las 12 h en el Templo de la Fe, Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más cercana a usted. Haga clic aquí y vea las direcciones de la iglesia.
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