Para que podamos entender lo que es sonreír con los ojos, primero necesitamos entender qué es lo que falta dentro de las personas que no tienen esa sonrisa. Pues eso es independiente de estar o no dentro de la iglesia.
Solamente damos lo que tenemos, y si no lo damos es porque, lamentablemente, no lo tenemos.
“La lámpara del cuerpo son los ojos; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?”, (Mateo 6:22-23).
A veces, lo que vemos en los ojos de las personas es justamente tristeza, dolor, vacío, y a veces los ojos de muchas otras muestran un abismo, porque verdaderamente se encuentran en uno.
Solamente los que son sellados con el Espíritu Santo, los que reciben la presencia de Dios y son nacidos de Él, pueden sonreír con los ojos, pues traen dentro de sí la esencia de la vida, de la felicidad, y eso se nota en sus ojos, en su rostro.
Son estas las personas que sonríen con los ojos, y logran mostrarle al mundo la gloria del Señor Jesús.
Quien sonríe con los ojos naturalmente transparenta la luz que tiene dentro de sí, y la diferencia es notoria.
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