Tu postura como hombre tiene influencia sobre tus hijos y los que están a tu alrededor
Una reciente investigación en Brasil sobre el universo masculino, realizada con adolescentes entre 13 y 17 años, reveló que el 40 % son dependientes del celular, el 21,6 % son adictos a los juegos y el 18,9 % a la pornografía. El estudio también señaló que el 60 % de los jóvenes que conviven con pocos hombres o ninguno que considere un buen ejemplo de masculinidad, cuya consecuencia es la falta de buenas perspectivas de futuro en sus vidas.
Algo también relevante son los casos en los que las mujeres crían solas a sus hijos. Aunque la presencia de la madre es fundamental en la educación, la ausencia de referencia masculina también se siente e influencia directamente a los niños.
Se sabe que no compartir el mismo hogar con los padres es perjudicial, además, los niños también son afectados por los padres omisos, que no participan de forma responsable en sus vidas y no les imponen límites. Por ejemplo: si los hijos son adictos al celular, probablemente, es porque sus padres también lo son.
No obstante, algo peor puede suceder si los dos padres no son presentes: los niños pueden reflejarse en internet o en quienes están más cerca, como personas involucradas en la delincuencia o aquellas que los influencian de manera negativa.
El hecho es que la cuota de responsabilidad del hombre no puede olvidarse y, por eso, es necesario que cambie su postura en diferentes aspectos. Si la conducta se mantiene como está, sin concientización y acciones urgentes, creará un círculo vicioso interminable que perpetuará por generaciones. Es importante recordar que el papel del hombre no se restringe a mantener la familia. Él necesita ser equilibrado, responsable y actuar con integridad en todos los momentos de su vida, porque eso se reflejará en todos a su alrededor.
Los padres deben estar atentos al comportamiento de sus hijos, orientarlos y usar su autoridad, siendo un modelo para apartarlos del mal. Para actuar de esta forma, el hombre debe reflejarse en la vida de Jesús. Él fue responsable y firme, incluso cuando eso representaba sacrificio. Al reflejarse en Él, el hombre comprende que ser padre representa la figura de Dios, Su ejemplo, Su bondad y también Su firmeza, sin olvidarse de que, aunque no lo note, su buen ejemplo será observado y seguido al pie de la letra.
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