Todo problema está embarazado de su propia solución; trae en su vientre una oportunidad. Pero normalmente no lo vemos así.
Miramos el problema y nos desesperamos. El stress toma el control. La ansiedad aflora. Y entonces no logramos pensar, solamente preocuparnos.
Cambie su actitud.
Pregúntese: ¿Cuál es la oportunidad por detrás de este problema?
– Los celos de su esposa pueden traerle la oportunidad de reconquistarla.
– La pérdida del trabajo puede darle el tiempo y la motivación que necesitaba para finalmente comenzar su propio negocio.
– Su vicio le puede mostrar la necesidad de hacer cambios radicales en sus hábitos.
No importa el problema, la oportunidad está allí, disfrazada.
Usted solo necesita descubrirla.
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
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